Búsqueda de Supervivientes... (Libre)

por **Takaishi Marieru** Sáb Abr 09, 2011 4:09 pm

Corría sin descanso.

Había empezado el día buscando supervivientes o, al menos, salvar a algunos que estuviesen siendo atacados... pero no pensé que las cosas tomarían un giro inesperado y, ciertamente, poco beneficioso para mí.

Desde hacía al menos 3 cuadras, unos infectados me localizaron y comenzaron a seguirme. Logré matar a 2, pero el grupo comenzó a hacerse cada vez más grande y no tuve otra opción más que huir.

Me escurrí entre unos angostos callejones, esperando perderlos. Ni hablar, estos tipos al parecer están avispándose, notaron de inmediato mis culebreos. Uno de ellos intentó rozarme, pero mis reflejos reaccionaron y le di una patada justo en la quijada, tirándolo hacia atrás.

-Demonios!... Eso estuvo demasiado cerca.-

El grupo de infectados se acercaba cada vez más, por lo que intenté hacer una especie de barricada y huir. No tenía municiones suficientes como para matarlos a todos.

De pronto, escuché un ruido detrás mío, y rogué a los cielos que fuera amigo... o que, al menos, no intentara matarme.

por **Light Yagami** Jue Abr 14, 2011 11:43 am

Lo normal, para un Crossed, dentro de lo anormal de nuestra condición, era beber la sangre que nosotros mismos habíamos preparado. La conservamos en los contenedores para que cuando aparezca la sed no fuera necesario que salir de la Torre para buscar el líquido carmín, con el peligro de que hubiera un grupo muy grande de humanos que nos reconocieran nada más vernos. Pero, como ya habíamos comprobado la sangre de un humano aún vivo y palpitando era mejor, mucho mejor. Parecía que absorbías la vida del otro, y esa sensación en sí era agradable.

Tenía conciencia de que pocos habían podido tener esa experiencia, yo como uno de los primeros ya había tomado sangre de humanos vivos en los inicios, hasta que el líder creo otra forma de alimentarnos, menos peligrosa y sin el problema de que uno de nosotros perdiera la razón de solo beber sangre viva, cosa que también había ocurrido una vez.

Y ahora yo, Light Yagami, además de la sed, tenía el capricho de encontrar un humano aun vivo, que se dispusiera a saciarme, afirmando que podría controlarme antes de caer en la locura.

Por eso salí, luego de un breve aviso a mis subordinados, y claro al líder mayor con el que de momento no había tenido problemas. Y en pocos minutos me encontré en las calles de la ciudad. Aunque parecía un lugar muerto, sabía y podía oler que no todos habían escapado. Ya fuera los infectados o humanos de los que justamente planeaba ahora alimentarme.

Encontré en poco tiempo a mi futura víctima. Una humana de marcadas curvas que corría por las calles escapando de los infectados. Vida, que corría para mi buena suerte justo hacia mí. Me escondí detrás de unas cajas y me puse los lentes de contacto, quería jugar con mi presa antes de que notara que era del grupo que la acabaría peor que esos infectados. Cuando hice mi aparición me acerqué por detrás para dispararle a dos de esos infectados justo en la cabeza, que se habían acercado más que los otros intentando acabar con la débil defensa que había preparado la chica para alejarlos.
-Creí que necesitabas ayuda...- dije sonriendo de solo pensar el banquete que me daría con ella.

por **Takaishi Marieru** Jue Abr 14, 2011 9:27 pm

Un par de infectados traspasó la rápida y nada segura defensa que había armado. Justo cuando iban a rozarme, unos disparos a mis espaldas les dieron de lleno en la cabeza, salpicando sus sesos por todo el callejón. De la impresión, lancé un pequeño grito, y miré a quien acababa de salvarme la vida.

Lo primero que se me vino a la cabeza, fue que era la persona más atractiva que había visto jamás. Sus cabellos castaños y esa atractiva sonrisa que jugueteaba en sus labios me hicieron suspirar interiormente. Y su voz, esa varonil voz, se escuchó como música para mis oídos, incluso con esa frasecita tan de "Caballero de Brillante Armadura":

-Creí que necesitabas ayuda...- miré hacia un rincón, sonrojándome furiosamente.

-Yo...-

Un crujido atrajo por completo mi atención, miré a mi espalda y vi cómo el condenado grupo de infectados que me perseguía aumentaba a cada segundo. Saqué mi Magnum .44, y les disparé a matar. Sacudí la cabeza y miré al muchacho sonriéndole de medio lado.

-Agradezco la ayuda. ¿Te importaría brindármela de nuevo?-

por **Light Yagami** Sáb Abr 16, 2011 1:11 am

El pequeño grito que salió de sus labios solo avivó mis deseos de probar esa líquido que probablemente corría alterado por sus venas. Su sangre pareció condensarse en sus mejillas nada más verde y sonreí. Claramente conocía mi atractivo, y como buen cazador lo usaría a mi favor. La sonrisa de mi rostro estaba hecha para contrastar con toda la desgracia a nuestro alrededor.

-No tengo problema en ayudar…- repuse tranquilo alzando mi arma para disparar también aunque no faltaría mucho para que cruzaran la barrera que ella había preparado. Miré hacia atrás estudiando el lugar y le hice una seña a la chica, tal vez si saltábamos esa pared podríamos perderlos un instante. De lo que no estaba seguro era de si la mujer sería capaz de subir sin resbalar.

Pero como era mi presa yo me encargaría de cuidarla hasta que estuviera lista para ser devorada. Quise reír de solo pensarlo, pero me contuve y la tome de la cintura para que comenzara a moverse hacia atrás cuando los infectados comenzaron a traspasar la barricada.

-Creo que es momento de movernos- dije en un susurro sobre su oído antes de alzarla para que se tomara del muro y lo cruzara, cuando tuve libre una de mis manos le disparé a otro de los infectados que se acercaba en exceso. Podría destruirlo solo con mis dedos y sin mucha dificultad, pero si quería parecer humano eso no estaba permitido por el posible al contagio. Además, aunque no llegara a admitirlo, dentro de mi aburrimiento de todos los días, por fin aparecía la posibilidad de divertirme.

por **Takaishi Marieru** Sáb Abr 16, 2011 10:14 am

Sin duda, aquel día era uno de mierda, considerando las circunstancias. No había desayunado siquiera, y estaba realmente cabreada cuando ese grupo de malditos infectados hizo aparición en mi día y lo jodió aún más. Ni siquiera había podido encontrar algún sobreviviente o... una pista. Mi pequeño seguía por ahí... y yo seguía sin encontrarlo.

Bien, al menos... el día estaba comenzando a mejorar.

Encontrarme con este joven justo cuando más necesitaba la ayuda, había sido casi una señal del cielo, aún cuando por estos días no me las daba mucho de creyente. Miré su semblante, y cuando sus ojos hicieron contacto con los míos, me hizo una seña, indicando la pared que teníamos a nuestras espaldas. La miré, y fruncí el ceño. Estaba fuera de mis capacidades, no podría saltar tan alto de una sola vez... y menos con los tacos que torpemente me había puesto esa mañana.

Suspiré interiormente. Maldita vanidad, me estaba causando problemas justo ahora.

Debí de hacer una mueca física, puesto que en un instante sentí su brazo alrededor de mi cintura, tirándome hacia atrás. Disparé al último infectado que tenía a la vista, dejándome guiar y apurando un poco el paso, no quería empezar a convertirme en una carga justo ahora.

-Creo que es momento de movernos- me susurró al oído. Temblé suavemente, no tenía contacto así de íntimo desde hacía mucho. No sabía si lo hacía a propósito, pero, sin lugar a dudas, se sabía atractivo, y sabía manejarse.

-Claro- musité antes de que él me alzara, tomé rápidamente los bordes de la pared y, tomando impulso con mis brazos, crucé rápidamente aquella muralla. Caí de pie, miré al frente y grité -¡DEMONIOS! ¡USTEDES SE MULTIPLICAN COMO CONEJOS!-

Había un par de infectados merodeando por ahí. Les di un certero disparo en la cabeza a cada uno, mirando cómo caían sus cuerpos sin vida. Miré a la pared, y hablé -¡Ey, chico!- recordé que aún no sabía su nombre -¿Te encuentras bien?-

por **Light Yagami** Sáb Abr 16, 2011 11:25 pm

A pesar de su primera negación a mi idea al final había logrado sostenerse al muro como lo preví y también logró pasar al otro lado como lo tenía planeado. Sonreí una vez que escuche que bajaba al otro lado del muro y me dejaba con un grupo de infectados confundidos por mi escencia, en si, la misma que ellos, así que no tenían mucho interés en molestarme. Pero al escuchar su grito y sus disparos recordé que siendo supuestamente humano al menos debía fingir que los acabaría para salvarme. Di unos disparos al aire y acabe con el grupo con mis propias manos y en movimientos inhumanamente rápidos. Aunque mi fuerza comparada a la de otros Crossed era casi igual o tan mínima como la de los humanos, el no tener que contagiarme por tocarlos simplemente era un factor que ayudaba. Luego de dar otros disparos más que nada por ocio, cuando la chica alzo la voz de nuevo para llamarme sonreí y subí hasta quedar sentado prácticamente en el muro.

Un trío de infectados se acercaba por ese callejón y les disparé a dos de ellos antes de que se acercaran a la mujer. -Te dejo el resto- dije sonriendo antes de esperar a que ella me perdiera de vista para poder descender del conjunto de ladrillos que formaban ese muro.

La clave era no dejar que notara cuan diferente de un humano era.

Luego de ese breve tiempo me volví a acercar a ella por detrás. -¿A donde te dirigías antes de que te persiguiera toda esa basura?- pregunté sonando genuinamente curioso sobre lo que hacía una mujer, sola, escapando de tantos infectados a estas horas del día. Mi vista se paseo con poco recato por su bien formado cuerpo, pensando nuevamente en lo que había venido a buscar de ella.

-Mi nombre es Setsu...- dije un nombre al azar, de todo el repertorio de nombres que podías encontrar en esta ciudad. -¿Como puedo llamarte a ti?- dije acercandome de nuevo a poca distancia de la mujer, claramente esos detalles no me interesaban.

Pero me estaba divirtiendo y no me detendría hasta que lograra beber de ese blanquecino cuello, o ella fuera lo suficientemente inteligente para descubrir mi trampa. De todos modos, su sangre sería mía.

De eso me estaba asegurando, desde que la había encontrado hace unos minutos...

por **Takaishi Marieru** Dom Abr 17, 2011 8:27 am

Escuché unos disparos, pero ningún grito meramente humano, por lo que asumí el chico de cabellos castaños estaba bien. Seguí disparando conforme más infectados aparecían, mis municiones estaban acabándose y podía darme por muerta si lo hacían en ese lugar...

Cuando se acercaba a mí un trío de infectados a gran velocidad, dos de ellos cayeron muertos por balas que no eran mías. Miré a mi espalda, y allí estaba, sano y salvo, el joven castaño.

-Te dejo el resto- sonrió, asentí y miré al frente, para acabar al que había quedado. Le disparé a la cabeza y, como estaba a punto de caer encima mío, le dí una certera patada en medio del pecho, lo que lo hizo volar al menos 3 metros y caer sobre unos baldes de basura.

-Maldito, hijo de la gran...- mascullé por lo bajo, maldiciendo a ese infectado que por poco me toca. Ughh.

El chico se acercó a mí por detrás y habló: -¿A donde te dirigías antes de que te persiguiera toda esa basura?-

Le miré, y noté cómo sus ojos parecían comerme al pasearse por mi cuerpo. Me sentí desnuda por unos instantes, y mis mejillas se arrebolaron en respuesta. Pero, en un rincón de mi cabeza, me sentí curiosamente deseada y... no me molestó la sensación ni una pizca.

-Estaba, uhmmm... simplemente, paseando- desvié mi mirada, tenía órdenes estrictas de no dar información sobre la Resistencia H a extraños, en especial, porque para ingresar a las filas, necesitabas la aprobación de un superior, alguien que haya visto si eras de utilidad... y que no tenías ni rastro de la Infección, claro está.

Le sonreí, y él volvió a hablar.

-Mi nombre es Setsu...- di un respingo al oír ese nombre, y le miré con los ojos muy abiertos, durante un segundo. Setsu... era uno de los apodos con los que llamaba a mi pequeño. Solía llamarlo mayormente Suna-chan, ya que su cabello era casi tan claro como la arena. Mis ojos titilaron nerviosamente, pero volví en mí al segundo. ¿Habrá notado mi cavilación? Me pregunté interiormente. -¿Cómo puedo llamarte a ti?- continuó acercándose aún más a mí, ya podía sentir el calor de su cuerpo junto al mío. Por inercia, me alejé, al menos dos pasos. Su rápida cercanía, tomando en cuenta que apenas nos conocíamos, estaba comenzando a ponerme nerviosa en alguna parte de mi cabeza. Algo no me cuadraba...

-Raven- dije fuerte y claro, comenzando a caminar y haciéndole con la mano una invitación a que me siguiera. -Puedes llamarme Raven... Setsu-

por **Light Yagami** Mar Abr 19, 2011 11:18 pm

Cuando vi el efecto de mi presencia en su rostro sonreí aun más pronunciadamente. Podía ver como la sangre se movia sobre sus mejillas, haciendome desear probar su sabor. Claro, tendría que controlarme cuando bebiera para no alcanzar el nivel de locura. Pero podría disfrutar la mayor parte de lo que su existencia me podía ofrecer. Cuando desvió la mirada supe que no podría sacar mucha información a menos que me esforzara. Le devolví la sonrisa a pesar de saber que estaba mintiendome, pero no era el momento de seguir preguntando sobre el tema.

Cuando le dije mi nombre sus ojos reaccionaron de una manera casi graciosa, tal vez había escogido un nombre significativo para ella. Esto se ponía cada vez más divertido, pensé mientras me le acercaba a una distancia no exactamente común para ver su reacción.

Su cuerpo se movió alejándose de mi y la sonrisa en mi rostro se ensanchó, solo un poco más de preparación y podría apagar mi sed. La seguí cuando me hizo la seña de que aceptaba mi compañía, un problema menos que enfrentar.

-Raven, es un nombre interesante…- dije mirandola de reojo mientras caminaba a su lado, recordando el significado de ese nombre. –Supongo que con esto me dejarás acompañarte un poco en tu paseo…- dije mirando hacia el frente en la calle desierta. Tal vez estaba mas cerca de lo esperado mi momento de tomar esa vida para mi.

-Mhm... este lugar esta muerto...- dije mirando al frente casi aburrido por unos instantes. -¿Tu familia te dejo salir a dar un paseo sola?- pregunté mirándola de nuevo por el rabillo del ojo. Aunque no me interesara había terminado haciendo preguntas como si la información que pudiera proporcionarme valiera de algo al momento con acabar con su vida.

por **Takaishi Marieru** Mar Abr 19, 2011 11:47 pm

Miré su sonrisa, cada vez era más grande… me pregunté qué estaría pasando por su cabeza. Nos pusimos en marcha, avanzando por el ahora vacío callejón.

-Raven, es un nombre interesante…- me comentó. Sonreí de medio lado, su tono parecía casi obligadamente empático. –Supongo que con esto me dejarás acompañarte un poco en tu paseo…-

-He ahí la razón de por qué te hice la invitación- susurré. Aún le daba vueltas a su nombre. Setsu…
Doblamos en la esquina a la derecha, saliendo así a una calle más amplia, pero que abría camino a un nuevo laberinto de callejones. Demonios, ¿quién rayos había hecho el mapa de construcción de la ciudad para dejar semejante revoltijo de callejones?

-Mhm… este lugar está muerto…- habló Setsu nuevamente, su tono sonaba aburrido. -¿Tu familia te dejó salir a dar un paseo sola?- preguntó nuevamente. Le miré directamente a los ojos, y le murmuré:

-No tengo familia… al menos… la que tenía… la perdí…- bajé la mirada unos instantes, y mi cuerpo completo se transformó en una alegoría al lamento.

Un quejido inhumano, seguido de un grito de auxilio, sobresaltó nuestros sentidos. Rápidamente, intenté buscar el origen, pero mi humanidad tenía sus límites y uno de ellos era un sentido del oído del asco. Miré a Setsu, y le pregunté: -¿Por dónde…?-

por **Light Yagami** Mar Mayo 03, 2011 4:05 pm

Caminábamos por las calles al parecer sin una dirección definida. O al menos la mujer a mi lado no sabía en que lugar nos encontrábamos, o eso intentaba demostrarme al llegar a otro conjunto de callejones en el que sin haber conocido antes la ciudad y sin un poco de sentido de orientación te perderías. Cuando respondió por fin mi pregunta noté que había tocado un tema delicado, no es que me importara mucho pero involucrarme emocionalmente con simples humanos, o mejor dicho futuras víctimas, no iba conmigo. Además de mi insensibilidad natural, cuando me había convertido había perdido una significativa parte de mis emociones. O unas cuantas de las que supuestamente debería tener un humano normal. Aún así soné sincero cuando me disculpe por preguntar.

–Lo siento…- dije meditando sobre si aun tendría personas que buscar esa mujer, o si toda su familia y conocidos habían muerto.

Un grito humano de auxilio me hizo girar la cabeza, al parecer otros tenían problemas con más infectados. Al ver que me interrogaba preocupada por la dirección señalé uno de los callejones cercanos. Sin entender si quería hacer de heroína o algo parecido, de todos modos la acompañé tratando de percibir cuantos infectados eran y por lo mismo, si mi presa se mantendría segura hasta que decidiera quitarle todo el líquido que le daba vida.

Cuando doblamos por el callejón había una chica joven con un bulto en brazos en el fondo del callejón, siendo rodeada por un grupo nada agradable de bichos infectados. Miré a Raven para ver su reacción, lo que pensara hacer definiría también lo que yo tendría que hacer, sino quería perder a mi presa ese día. -¿Algún plan?- susurré viendo atentamente los movimientos de la mujer.

Por si quedaba alguna duda de mis escrúpulos humanas, saqué el revólver. Si requería fingir, lo haría a la perfección y lo mejor que pudiera, aunque no sintiera nada con ver la muerte tan cerca de mí.

por **Takaishi Marieru** Miér Mayo 04, 2011 11:30 am

–Lo siento…- me murmuró, moví la cabeza y le sonreí suavemente.

-No te preocupes... no lo sabías-

Escuchamos el grito. Setsu me indicó un callejón, y por ahí nos movilizamos hasta encontrar a la dueña de aquel grito. Era una chica, joven, podría jurar que tenía mi edad... y cargaba un bulto en sus brazos. Lo protegía con sus delgados brazos, atrayéndolo a su cuerpo. Algo se encendió en mí, y lo reconocí, con tristeza. Ese instinto maternal que me hacía preocupar por los pequeños, reconociendo en cada niño que veía a mi pequeño Suna-chan. Mis ojos pasaron rápidamente por el lugar, conté los infectados que la rodeaban... eran 7. Seguro, se habían sentido atraídos por el aroma de la sangre del pequeño que la chica acunaba, oí decir por ahí que la sangre de los niños era en especial deseada, tanto por Infectados como por Crossed.

Mi cuerpo comenzó a temblar, de indignación, rabia, y un arraigado miedo a que esos bichos alcanzaran a la muchacha. El Switch Maternal (Como alguna vez llamé a esta sensación), estaba encendido. Haría lo que fuese necesario para rescatar a ambos con vida. Miré a Setsu, mientras él me preguntaba si tenía algún plan. Observé el lugar: era pequeño, pero lo suficientemente ancho como para nos separáramos y disparáramos, cada uno por su lado. Aunque, viendo que aquellos infectados se movían impacientes, no le dediqué mucho tiempo al trazo de un plan y le dije, consciente de que lo haría mejor que yo:

-Setsu, ve por la derecha. Dispara a cuantos puedas. Intentaré acercarme a la muchacha- mis ojos titilaron, estaba viendo una imagen mía y de Setsuna representados en esa joven mujer. Uno de los infectados se acercó rápidamente a la chica, quien gritó aún más fuerte, y reaccioné, inconscientemente.

-¡AGÁCHATE!- vociferé, la chica, de la sola impresión lo hizo, y, tomando mi Desert Eagle, le disparé en la nuca al bicho, el que cayó de rodillas frente a ella. -¡Tranquila! No te haremos daño...- intenté acercarme, pero los otros se dieron vuelta al sentir mi intrusión, y nos miraron a Setsu y a mí, furiosos.

Demonios.

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